El asturiano ha pasado de ser el capitán del Barça a dirigir al equipo juvenil azulgrana en apenas unos meses de transición. La vida de Raúl Entrerríos ha dado un giro pero él sigue manteniendo su esencia en su nueva etapa como entrenador, ganándose el respeto de su vestuario como leyenda y manteniéndolo con trabajo y esfuerzo.
¿El Barça Juvenil viene a Zaragoza a por el título de la MiniCopa Sacyr ASOBAL?
“Sí. Es el objetivo principal y para lo que venimos. Hay que ir día a día, superando cada obstáculo. Sabemos que no será fácil pero sí, esa es nuestra ilusión. Granollers es el rival a batir por ser el campeón de España. Pero hay muchas ganas en el equipo. Una Copa siempre es muy especial”.
¿Cómo está siendo tu debut como entrenador?
“Cambiar la visión y estar al otro lado de la pista requiere tiempo para acostumbrarse. Pero está siendo un año muy bonito a nivel general, lleno de aprendizajes. Intento adaptarme e intentar transmitir a los chicos jóvenes mi manera de ver el balonmano”.
¿Qué diferencias has encontrado entre el balonmano profesional y el formativo?
“Es diferente aunque aquí nos tomamos las cosas muy en serio. Tiene una parte especial porque te ves reflejado, ves el apoyo de las familias, el esfuerzo que hay detrás. Son sentimientos muy puros”.
Para muchos de tus jugadores eres su técnico y su ídolo.
“Al principio puede que fuera un poco extraño, pero una vez pasa el tiempo no hay diferencias con otros entrenadores. Quizá te sirve para ganarte el respeto un poco antes pero luego ese respeto hay que mantenerlo haciendo las cosas bien. Yo confío en ellos, ellos confían en mí y conseguido eso hay que trabajar duro para lograr objetivos comunes”.
¿Cómo es el Raúl Entrerríos entrenador?
“Me veo muy parecido a como era como jugador. Soy tranquilo pero muy competitivo, me enfado cuando las cosas no salen bien. Valoro mucho la palabra equipo, esa unión. Salgan mejor o peor las cosas, me gusta que tengamos siempre las cosas claras y que mostremos un juego reconocible en la pista”.
Cuando ves a tus pupilos competir, ¿sientes morriña por jugar?
“No, no lo echo de menos. Quizá echo más de menos el estilo de vida, esas rutinas que ahora han cambiado mucho, pero no tengo ganas de volver a la pista”.
Si tu equipo llega a la final de la Minicopa jugará en el Príncipe Felipe. ¿Qué recuerdos te trae ese pabellón?
“Muy buenos. Los mejores momentos del BM. Aragón coincidieron con una gran época del balonmano español. Siempre eran partidos muy duros, difíciles de ganar y muy exigentes. La afición apretaba mucho. Para mí es especial volver a disfrutar de la ciudad y de ese pabellón. Ojalá vuelvan pronto a la máxima categoría”.
¿Y la Copa de los mayores cómo la ves? ¿Algún equipo es capaz de batir al Barça?
“Es cierto que el Barcelona está un peldaño por encima, pero cada vez veo las cosas más apretadas. Son cuatro equipos que juegan un gran balonmano y hay que tener el máximo respeto por todos. Quizá el que le está aguantando mejor al Barça es el Fraikin BM Granollers, pero cualquiera de los tres puede dar guerra”.