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Nacho Moyano: “La forma de vivir el balonmano en Cangas no existe en otro lugar de España”

Liga Plenitude
24/02/2022 | Raúl Fonseca Liga Plenitude

El trabajo y la humildad son las claves del éxito de un Frigoríficos Morrazo que está revolucionando la Liga Sacyr ASOBAL y son las señas de identidad que marcan el trabajo de su entrenador Nacho Moyano. El conjunto gallego está firmando una temporada histórica tanto en O Gatañal, donde vive una comunión perfecta con su afición, como lejos de casa ya que ha logrado convertirse en un visitante incómodo. El técnico madrileño abandonó su zona de confort para dar un salto al vacío y fichar por Cangas. Allí, Nacho Moyano ha creado el hábitat perfecto para la explosión de talento de los jugadores jóvenes y para que los veteranos se sumen al barco de la ilusión. No se le adivina techo a este Frigoríficos Morrazo.

¿Cómo irrumpe el balonmano en tu vida?

En el Colegio Virgen de Europa de Madrid, donde yo estudiaba, no había otra opción. Básicamente era balonmano o balonmano. Mi hermano pequeño sí que tenía muy claro que él quería hacer baloncesto y mi padre llegó a jugar en el Atlético de Madrid de tercer portero. Somos dos hermanos y cada uno tiró para un lado, yo cogí la opción fácil que era la que tenía en el colegio y, gracias a eso, me enganché al balonmano. Luego empecé a trabajar de monitor en el colegio y se me daba muy bien. Y, a raíz de eso, el coordinador de la sección de balonmano empezó a meterme de delegado en sus equipos. Poquito a poco fui cogiendo experiencia y a los 16 años empecé a llevar benjamines en el colegio.

Si a ese Nacho Moyano que entrenaba a niños pequeños le dicen que debutaría en 2019 en ASOBAL, ¿qué hubiera pensado?

Hubiese pensado que estaba loco, que ni de broma. Es verdad, que cuando se empezó a crear el balonmano Carabanchel, intenté salirme un poco de la zona de confort que suponía trabajar allí y aposté por ir a un sitio que parecía que era un proyecto muy interesante con los equipos de base. A partir de aquí, empecé a conocer el balonmano de élite y fui creciendo y teniendo más ambición.

¿Cuáles son las señas de identidad de los equipos que dirige Nacho Moyano?

Me gustaría creer que lo que caracteriza a mis equipos es el trabajo. Me considero una persona muy trabajadora, quizá no sea el más talentoso ni el mejor, puesto que una persona con 34 años no puede ser el mejor en absolutamente nada, pero sí que es verdad que trabajo mucho, le dedico muchas horas y soy bastante minucioso tanto en el análisis de mi equipo como de los rivales. Me gustaría que el equipo sea un fiel reflejo del trabajo.

¿Qué entrenador es tu referente?

Sin ninguna duda Jordi Ribera. La primera vez que coincidí con él fue en una primera actividad conjunta en el CAR de Sierra Nevada 2017 poco después de su llegada a la selección absoluta. También, de mis inicios, tengo como referente a Javi Martín, que era el primer entrenador de los equipos de Ikasa BM. Carabanchel. Y luego elegiría a Álex Mozas, como amigo con el que tengo charlas prácticamente a diario y hablamos muchísimo de balonmano desde hace muchísimos años. Considero que Álex y yo tenemos una carrera paralela.

¿Te ha sorprendido Jordi Ribera en la distancia corta?

Considero a Jordi un amigo a título personal, es una persona que me ha ayudado muchísimo en momentos malos que he tenido como primer entrenador. Él, en su día, me animó a dar el paso para ser primer entrenador, y como amigo que es, me ayudó muchísimo en los malos momentos. En los buenos, evidentemente, siempre está ahí. Cuando no lo estaba pasando bien, Jordi siempre ha sido el primero en llamarme o escribirme para darme su apoyo. Creo que se tiene una imagen de él que no se corresponde realmente con la realidad. Es cierto que él mantiene las distancias y es una persona introvertida, pero cuando cruzas esa barrera conoces a una persona que es amigo de sus amigos, que sabe estar ahí cuando lo necesitas y que te muestra su apoyo incondicional.

¿Cómo ha sido tu evolución como entrenador en tus tres temporadas en la máxima categoría?

Soy una persona completamente distinta en todos los aspectos, en la faceta profesional y en la personal. Cuando llegué a Cangas trabajaba prácticamente 14/16 horas al día y el resto del tiempo lo invertía en dormir. No tenía punto intermedio. Ahora sí que estoy siendo capaz de intentar separar todo un poco, de tener la parte profesional y luego disfrutar de mi tiempo de ocio. En el plano de la dirección y del entrenamiento puro y duro he cambiado completamente. Parece que sólo tienes que entrenar a jugadores de balonmano, pero hay muchas cosas de gestión de un vestuario, de conocer cómo funciona el mundo profesional o lo que implica traer a jugadores extranjeros. Hay una serie de cosas que, hasta que no te las encuentras de frente, no sabes lidiar con ellas. Xavi Pascual, con quien también tengo mucha relación, me dijo un día: “Estás preparado totalmente para enfrentar el reto que tienes por delante, pero te vas a dar hostias como las que nos hemos dado todos”. No se equivocaba ni un poco. Me he dado cincuenta mil y me voy a dar cincuenta mil más porque, con 34 años, no puedes esperar otra cosa que mejorar día a día.

¿Qué argumentos te llevan a apostar por ser entrenador de Frigoríficos Morrazo?

Había tenido ofertas de todo tipo, de equipos de élite en Plata o incluso alguna en primera nacional de proyectos muy serios. Ninguno me llamó la atención así que no tuve dudas a la hora de apostar por Cangas. Me encanta cómo se vive en Galicia el balonmano y, más concretamente, en la zona del Morrazo y Cangas. Su forma de vivir el balonmano no existe en otro lugar de España. Disfrutar de un partido aquí, en O Gatañal, es algo que no se puede describir con palabras. Tienes que vivirlo in situ para entenderlo, no lo puedes saber viendo un partido nuestro por televisión. En Cangas, los aficionados tienen un sentimiento de pertenencia muy fuerte con su equipo. Además, la comunión y familiaridad que hay en el club es única y eso es lo que yo buscaba. Cangas tenía un proyecto muy importante en ASOBAL y suponía un reto para mí ya que tenía la necesidad de probarme.

¿Notaste el salto de categoría en tu llegada a ASOBAL?

Sí, y cualquiera que diga lo contrario se equivoca. Me acuerdo de mi primer partido en ASOBAL que, aunque lo ganamos frente a Granollers, acabó el encuentro y dije: “¿Ya ha terminado?” Me pasó volando, todo va mucho más rápido. Tenía que intentar anticiparme a las decisiones y me era imposible, siempre iba por detrás. Cuando quería darme cuenta ya perdía por 2 o 3 o había perdido 2 o 3 balones… Va todo a una velocidad completamente distinta a cualquier otra categoría. Además, en ASOBAL hay jugadores de una calidad excepcional que te somete a plantearte situaciones completamente diferentes de tipo de defensa o de ataque.

¿Crees que Cangas está ya en disposición de tratar de tú a tú a equipos como Granollers?

Creo que cogemos a Granollers en su mejor momento de la temporada ya que les ha favorecido tener por delante sólo una competición para una plantilla que estaba diseñada para intentar enfrentarse a dos. El partido que hicieron el otro día contra Anaitasuna fue prácticamente perfecto y también el del fin de semana anterior ante Benidorm. Nos hemos ganado el derecho a tratar de ser competitivos en Granollers e intentar puntuar, que creo que es el objetivo que tenemos todos en mente sabiendo de la dificultad del partido. Nosotros, sin ningún tipo de complejo, queremos estar a la altura ya que hemos dado ese saltito de calidad durante esta temporada.

¿Cangas ha trasladado su fortaleza en O Gatañal también a sus partidos como visitante?

Creo que hemos cambiado un poco esa tesitura. Venir a O Gatañal es sinónimo de ir a un sitio complicado dónde sabes que, para puntuar, los rivales se dejarán sangre, sudor y lágrimas. Ahora quizás hemos cambiado, en los últimos años, que vamos fuera de casa y ni mucho menos somos una comparsa. Por ejemplo, en el partido de Bidasoa, que las cosas no nos estaban saliendo bien, era un duelo complicado y, lejos de tirar la toalla, nos agarramos al encuentro como buenamente pudimos y, al final, tuvimos ese puntito de fortuna para acabar puntuando. Más allá de lo que pueda pasar el sábado, que obviamente somos conscientes de dónde vamos y contra quién jugamos, nuestra idea es ser competitivos e intentar hacerles un partido difícil. Si se puede puntuar, y con los dos puntos, mejor que mejor.

¿Cómo encajó el vestuario la derrota en casa frente a Incarlopsa Cuenca?

La verdad es que mal y es como creo que debe ser. Sobre todo porque era un partido en casa y este año se nos han escapado muy pocos puntos. A mí me molestaba mucho, en la primera temporada, aquel sentimiento que había de que, si perdías un partido, no pasaba nada. Aquí en Cangas es normal perder este tipo de partidos. Ahora si se pierde un partido todo el mundo está jodido. Da igual dónde y contra quién.

¿Estamos ante la Liga Sacyr ASOBAL más competida de los últimos años?

Realmente hay años que te encuentras con 21 puntos, como nosotros, y tienes que vigilar con el descenso, y hay otros que estás en una situación muy buena. Esto habla muy bien de la competitividad de la Liga ASOBAL este año. A pesar de que el Barça está por encima, lo veo en una situación más terrenal así que vivimos una Liga más igualada que nunca, por arriba y por abajo.

¿El vestuario de Frigoríficos Morrazo funciona como un perfecto equilibrio entre jóvenes y veteranos como Javi Díaz?

La comunión que tienen los jugadores jóvenes con Javi Díaz es perfecta. Aunque tiene 47 años, Javi aún sigue teniendo un espíritu de niño que contagia a todo el mundo y, a veces, es el que más tienes que frenar. Los jóvenes desprenden la ilusión y las ganas de querer llegar, el día de mañana, a ser jugadores profesionales y poder dedicarse a esto. Y luego está Javi que intenta controlar un poco todo, ayudar en lo que puede y la verdad es que, para nosotros, tenerlo en el equipo es una suerte.

¿Has conseguido que Javi Díaz renueve un año más?

Creo que ésta es una pregunta para él. Yo estaría encantado con que firmara mañana mismo su renovación. Le respetamos mucho porque entendemos su situación a la perfección y, pese a que al club y a mí nos encantaría que siguiera con nosotros, entendemos que todo tiene un proceso y se lo tiene que pensar para tomar una decisión.

¿Los jugadores jóvenes han encontrado en Cangas el lugar perfecto para explotar?

Sin duda, Cangas me parece un sitio ideal para que un jugador joven pueda explotar y demostrar todo el talento que tiene. El pueblo se vuelca y vive por y para el balonmano. Los jugadores son figuras reconocidas en Cangas y aquí tienen todas las facilidades del mundo, desde la directiva hasta todo lo que engloba a un jugador, para poder crecer dentro de una exigencia profesional.

¿A qué jugador de la Liga Sacyr ASOBAL te gustaría entrenar?

A mí me encantaría entrenar a Dika Mem. Es el jugador que hace bueno a todos los entrenadores, esa sensación de tener un gran físico y capacidad de meter gol cuando él quiere. Al margen de Dika, si tuviera que elegir a un jugador más terrenal, diría Rodrigo Salinas porque me parece un jugador buenísimo.

Además de entrenar a Frigoríficos Morrazo formas parte del cuerpo técnico de la selección Hispanos Junior. ¿Qué supone para ti estar en el equipo de confianza de Jordi Ribera?

Para mí es un orgullo y una satisfacción el poder decir que, con 34 años, he estado trabajando con Jordi como segundo entrenador en una situación puntual por la baja de César Montes. Por suerte pudo recuperarse e ir al Campeonato de Europa de selecciones. Jordi da la sensación de que lo tiene todo absolutamente bajo control, no se le escapa ni el más mínimo detalle. Es muy fácil trabajar con él porque te hace partícipe de todas las decisiones que toma, te implica muchísimo en el juego y para mí fue una experiencia única ser su segundo.

¿Es un premio para ti llegar a la selección nacional?

Evidentemente. A cualquier entrenador, trabajar con la selección española le hace muchísima ilusión y le apetece muchísimo estar ahí. No es tanto el hecho de debutar con la absoluta, ya que lo entendí como una situación momentánea y coyuntural, sino el hecho de que Jordi me tenga en cuenta en su grupo de trabajo porque considera que estoy capacitado y cumplo con los requisitos que él necesita para estar allí.

¿El futuro de nuestro deporte está, en buena parte, en tus manos?

Ni mucho menos. En España, los jugadores tienen la suerte de que en la base hay unos entrenadores muy buenos, tanto en la selección como en las escuelas. Este es el secreto del balonmano español. Ahora que estoy un poco más arriba, veo que lo importante es la base de la pirámide y ahí es donde más debemos invertir y trabajar.

¿Eres optimista con las nuevas generaciones de nuestro balonmano?

Sí, sin duda. Hay muchas maneras de ver el vaso. Es triste que se nos vayan jugadores y que la Liga ASOBAL pierda estos nombres de primerísimo nivel, pero yo creo que hay que ver el vaso de otra manera. Hay muchísimos jugadores jóvenes que, en otras épocas, no hubieran tenido las opciones que tienen ahora. Esta situación potencia el balonmano nacional y es muy bueno para la selección. Los clubes deberían apostar más por los jugadores de aquí. Se habla mucho de la apuesta que hago yo, pero no se habla del Cangas. El club ha apostado firmemente para que estos jugadores vinieran aquí. 

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