Félix Brocate: “Zaragoza debe demostrar que tiene ganas de balonmano de élite”
Copa Plenitude
La disputa de la Copa Sacyr ASOBAL, este fin de semana, en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza es la ocasión perfecta para homenajear a muchos de los grandes nombres que han ayudado con su labor al crecimiento del balonmano en la capital aragonesa.
Uno de esos referentes es Félix Brocate, muy ilusionado ante la Insignia de Oro de ASOBAL que va a recibir. “Me siento muy honrado y orgulloso. Creo que hay personas con más méritos que yo, pero lo acepto encantado”, ríe el aragonés. Brocate nació hace 65 años en Zaragoza y, desde muy joven, se sintió atraído por el balonmano. “Empecé a jugar de la manera más primitiva posible en el colegio y pronto me enganchó”, recuerda. “Eso sí, muy rápido me di cuenta de que no era un buen jugador”, confiesa. Así que, para intentar seguir ligado a este deporte, Brocate cambió el balón por el silbato de árbitro. Tras una evolución meteórica en su carrera como colegiado, el zaragozano llegó a arbitrar durante 8 temporadas en la élite, incluyendo varias Copas ASOBAL, a la vez que lo compaginaba con la Escuela Territorial de Árbitros de Aragón.
De ahí, Brocate pasó a la Escuela Nacional de Arbitraje, más tarde a la Federación Aragonesa de Balonmano y fue jefe de equipo y delegado de la Selección Española en varios Juegos Olímpicos y competiciones internacionales. “Siempre estaré agradecido al balonmano por todos los momentos que me ha permitido vivir”, asegura.
En 2011, Brocate fue nombrado Director General de Deportes del Gobierno de Aragón y ahora, desde su cargo de asesor de la Consejería de Acción Social, Familia y Deporte del Ayuntamiento de Zaragoza, sigue trabajando en busca de seguir haciendo del deporte en general, y del balonmano en particular, un modo de vida. Por esta razón, Félix Brocate se muestra tan emocionado con el retorno de la Copa ASOBAL a Zaragoza. “La Copa ASOBAL es el momento ideal para que Zaragoza demuestre que tiene ganas de volver a ver balonmano de élite. Espero que esta Copa sea una fiesta. Ojalá haya mucho público. Estamos huérfanos de balonmano de élite desde 2016 y tenemos que demostrar que tenemos esa morriña y esa necesidad de volver a vivir momentos tan especiales como los que hemos tenido aquí. Es una gran oportunidad de pedir que vuelva el mejor balonmano y quién sabe lo que puede pasar en un futuro”, finaliza el aragonés.
