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Valero Rivera: “No se debería normalizar que el Barça llegue a la Final4 de Colonia”

EHF Champions League
01/06/2017 | FOTO: Víctor Salgado (FC. Barcelona Lassa) EHF Champions League

Su apellido le puso bajo el foco mediático y las críticas no tardaron en aparecer. Su fortaleza mental y su desembarco en el Nantes supusieron toda una liberación deportiva y personal para Valero Rivera. Once años después de su salida de Barcelona, el extremo regresó a casa en el mejor momento de su carrera. A sus 32 años, Valero jugará por primera vez en el Lanxess Arena y será protagonista de una Final4 de la EHF Champions League que espera que tenga un final feliz para el equipo catalán. Será tu primera Final4 de la Champions y tu estreno en el Lanxess Arena de Colonia. ¿Qué te han contado de lo que se vive en los días previos y durante la Final de la Champions? Me han contado que es un evento que se debe vivir una vez en la vida porque la organización es perfecta. El escenario será impresionante. Me han dicho que la Final4 es incluso mejor que Mundiales o Europeos. Sé que habrá muchas entrevistas y muchos actos fuera del balonmano así que tendremos que estar más concentrados todavía. Nunca he estado en el Lanxess Arena. Nunca he vivido una Final4 en directo. Siempre las he visto en casa, por televisión. En Nantes siempre íbamos a casa de Alberto para ver la Final porque él tenía un proyector muy grande y nos reuníamos. Veía la Final4 porque me gusta el balonmano y es un evento que no me podía perder. ¿Con qué sentimiento viviste las anteriores Final4? ¿Pensando que algún día tú serías el protagonista? Cuando estaba en el Nantes sí que envidiaba no poder jugar la Final4 pero tampoco era una obsesión el estar o no ahí. Cuando regresé al Barça fue inevitable pensar en la Final4 de Colonia. De hecho, volví a Barcelona para poder vivir estos momentos y también para jugar partidos como la vuelta en el Palau ante el Kiel. Son experiencias únicas que yo había vivido pero desde fuera y ahora tengo la suerte de vivirlas desde dentro. Con su presencia en la Final4 de Colonia, ¿el Barça aprueba con nota la temporada o la nota depende del papel del equipo en el Lanxess Arena? En función de lo que pase en Colonia será una temporada buena o muy buena. Creo que la nota ya es buena porque sólo hemos perdido dos partidos, poco más se le puede pedir a un equipo que ha quedado líder en un grupo como el que tuvimos. Si ganamos la Champions tendremos el excelente. Creo que el vestuario no se planteaba si estaríamos en Colonia. Nos hemos dedicado a trabajar duro y a hacer todo lo que estaba en nuestras manos para llegar a esta cita. Tal vez desde fuera se ha subestimado al equipo pero nosotros hemos tenido mucha confianza en nosotros mismos y nos hemos mantenido al margen de esas opiniones. Siendo el Barça siempre te tienen que dar por favorito. No creo que hayamos ido de tapados. Todos los rivales nos tienen mucho respeto, como nosotros a ellos. Será la sexta Final4 del FC. Barcelona Lassa en ocho ediciones disputadas. ¿Crees que se valora lo suficiente o sólo se valora tras una ausencia como la del año pasado? No se debería normalizar que el Barça llegue a la Final4 de Colonia. Es muy duro llegar hasta ahí y ya se pudo ver el año pasado. Todos los años que el equipo ha llegado han sido temporadas excelentes. Es un error caer en normalizar nuestra presencia en la Final4. Estar en 6 finales de 8 es impresionante y creo que se le tiene que dar el valor que merece. Por detalles te puedes quedar fuera de la Final4. Tal vez se valora más el llegar al Lanxess Arena cuando no has estado el año anterior. Será la primera Final4 sin equipos alemanes. ¿Esta situación será habitual con el calendario de la Bundesliga o es sólo un hecho puntual? Creo que es una situación puntual. Sí es cierto que el calendario no favorece mucho a los equipos alemanes. Tienen muchos partidos y se desgastan mucho más que los cuatro equipos que hemos llegado, por ejemplo. Pero siempre han tenido un calendario exigente y siempre han llegado alemanes. Para mí es una anécdota. En el equipo nunca pensamos que el Kiel era el único equipo alemán que podía llegar a Colonia. Sería un error pensar en algo más allá de lo deportivo. Vardar se había quedado a las puertas de Colonia en las tres últimas ediciones. ¿Crees que es un proyecto que se está construyendo para conquistar Europa más allá de la hegemonía en Macedonia? Sin duda. El Vardar no ha llegado a Colonia por pequeños detalles. Este año estuvieron impecables en los Cuartos de Final ante el Flensburg. El Vardar es ya una realidad en Europa. Tienen grandes jugadores y una gran portería. Juegan muy bien. Son un rival difícil. El Vardar es el único de los cuatro equipos que se estrena en Colonia. ¿Os preocupa su condición de tapado y el hecho de que no tiene presión? No creo que les pueda jugar en contra el hecho de no haber llegado nunca a la Final4 de la Champions porque tienen muchos jugadores en sus filas que sí que han jugado en Colonia. Nosotros también tenemos varios jugadores que no han jugado nunca una final de la Champions, yo el primero. Aunque el Barça haya llegado seis veces, nosotros no. En el Vardar tenemos muchos conocidos. Ellos nos conocen bien pero también nosotros a ellos. Será una guerra psicológica. En la semifinal se enfrentarán los dos equipos que fueron líderes de la fase de grupos y no disputaron los Octavos de Final: Barça y Vardar. Los macedonios protagonizaron, además, una cómoda eliminatoria ante Flensburg en Cuartos. ¿Cuáles son sus puntos fuertes y débiles? El Vardar tiene muchos puntos fuertes. La portería, el primero, con un Arpad Sterbik que es un porterazo. Son muy duros en defensa y tienen individualidades en ataque muy potentes. Tienen dos extremos muy rápidos, muy difíciles de parar y muy efectivos. Tienen un pequeño hueco y la meten. Tendremos que estar muy atentos a todos. ¿El principal punto fuerte del Barça es que no depende de un jugador sino del equipo? Creo que es fundamental para nosotros que somos un equipo muy completo. No es que no tengamos estrellas sino que tenemos muy buenos jugadores en todos los puestos. Es una lástima que no podamos contar con Lasse porque ayudaba al equipo pero vamos con mucha confianza a Colonia. ¿Qué opinión te merece que tres de los cuatro entrenadores que han llegado a Colonia sean españoles? Ese dato habla muy bien de los técnicos españoles. Ven el balonmano de una forma distinta y muy valorada. Está claro que la fórmula española funciona porque está teniendo grandes resultados en Europa. La técnica se impone al físico. También dice mucho de Pasqui que haya llegado a seis Final4, igual que Gislason. Está claro que su método de trabajo da resultado. Eres un jugador consagrado, tanto en el FC. Barcelona Lassa como en la selección española. ¿Consideras que ya has llegado a tu techo o éste está todavía por llegar? Yo sigo trabajando para seguir creciendo, para ser mejor jugador y para ayudar al equipo en lo que pueda. Nunca miro si ya he llegado a mi techo o no. Sólo quiero ganar cada partido, sumar títulos y ser feliz en el Barça. Cuando uno sale del Barça, ¿siempre espera volver? ¿O cuando llevabas ya 11 años fuera, las opciones se reducen? Los dos primeros años sí que pensaba en esa vuelta al Barça. Creía que iba a ser la transición para volver a Barcelona pero no pasó. Yo seguí trabajando y ya me fui olvidando poco a poco del Barça. Me fui a Francia y allí empezaron a salir bien las cosas. Crecí como jugador y el equipo también iba creciendo. Estaba pendiente del Barça pero ya no pensando en la vuelta. La oportunidad de regresar llegó cuando menos la esperaba. Estaba bien en Nantes y, si el Barça no me hubiera llamado, no me hubiera movido porque me quedaba un año de contrato y seguramente hubiera renovado. Los años fuera del Barça me hicieron tener perspectiva y valorar el esfuerzo que debes hacer para llegar a lo más alto. No cambiaría todos esos años y todos los clubes por los que pasé. Maduré con las dificultades y me llevo a muchos amigos. El tiempo ha pasado muy rápido porque en casi todos los equipos he sido feliz. ¿Qué ha cambiado en el club y en un vestuario como el del Barça y qué se mantiene? Los valores del club y las señas de identidad se mantienen. Eso no ha cambiado. En el Palau ha cambiado todo menos la pista. Lo demás se mantiene invariable. Tengo la suerte de que cuando llegué ya conocía a mucha gente del club. Yo pasaba aquí todo mi tiempo libre cuando era pequeño. Para mí es una vuelta a casa. Me fue bien salir del Barça porque aquí no hubiera tenido minutos y necesitaba irme para jugar y crecer. ¿Jugar en Nantes supuso toda una liberación para ti por desvincularte del apellido de tu padre tan presente en España? Sin duda. Fui el segundo jugador de la Liga que se marchó a Francia y ha sido la mejor decisión en mi carrera deportiva, junto a la de volver al Barça. En Nantes me valoraban por mi juego, por ser el 7 del Nantes, no por ser el hijo de Valero. Eso me vino muy bien. Los medios de comunicación hablaban bien de mí y eso fue una bola que fue creciendo. ¿Hay que ser muy fuerte mentalmente para aguantar el hecho de estar, permanentemente, bajo una lupa? En Nantes no tuve esa lupa. En España era imposible, no entiendo el porqué. Todo el mundo me miraba más por ser el hijo de Valero, tanto en el club como en la selección. Incluso se dudó de mí cuando me convocó para la selección y yo estaba en Nantes. En Francia se veía normal que me convocaran con la selección pero, curiosamente, en España no. Las críticas eran injustas porque yo conozco a mi padre pero la gente no. La gente opinaba sin saber. En Francia esperaron a verme como jugador para formarse una opinión sobre mí. Aquí no. ¿Es más complicado ser entrenado por tu padre o por tu suegro en el Nantes? En Francia no estuve bajo esa lupa. Sin duda es mucho más duro ser entrenado por mi padre que por mi suegro. El técnico del Nantes fue muy profesional. Si me merecía jugar, yo jugaba, y si no, pues no. Como hacía mi padre. Eso ayudó a que los compañeros del Nantes me respetaran. Él me vio en un torneo que el Barça jugó contra su Creteil y yo lo hice bien ese día, metí 6 o 7 goles. Fue entonces cuando se fijó en mí y fue siguiendo mi evolución. Antes de saber que yo salía con su hija, el técnico del Nantes ya le dijo al Presidente que pretendía mi fichaje. Mi padre y mi suegro son bastante parecidos como técnicos. Los dos son metódicos y ambos son justos. Mi padre me ha insistido en la cultura del esfuerzo y en tener la confianza en mí mismo. Nunca he tenido que hacer un cambio de chip en los entrenamientos porque mi padre es muy duro como entrenador. Con todos pero conmigo más. Al principio me costaba entenderlo pero con la selección ya sabía en cada momento lo que necesitaba de mí. Has vivido el balonmano desde la cuna. ¿En algún momento te has planteado otro camino que no fuera el de ser jugador de balonmano? El balonmano es mi pasión. Yo sabía que quería jugar a esto. Si no hubiese sido fuerte mentalmente, lo hubiera dejado antes. Me tuve que alejar de muchas cosas y concentrarme sólo en lo deportivo. Al principio me molestaban las críticas, luego las asumí y, al final, dejaron de importarme. Fue un proceso de varios años de asimilación. De pequeño practicaba muchos deportes, incluso probé hockey hielo y me gustaba mucho. Venía al Palau a ver los entrenamientos de mi padre y, cuando me aburría, me iba a la pista de hielo y me dejaban jugar. Tuve que escoger y todos mis amigos jugaban a balonmano en el colegio así que me decanté por el balonmano. ¿Cómo recuerdas aquellos primeros Campus que organizaba tu padre en los que tú participabas y en los que coincidiste con jugadores como Víctor Tomàs? En el Campus estaban Víctor y Marc García y fue de los mejores años de mi vida. Era increíble compartir la pasión por el balonmano con todos mis amigos. El Campus era el momento que esperábamos durante todo el año. Quién nos iba a decir a Víctor y a mí, cuando estábamos en el Campus, que los dos íbamos a llegar donde hemos llegado. Recuerdo cuando jugaba contra él y Víctor ya destacaba. Empezamos juntos muy pequeños y hemos llegado a la élite. Es especial defender esta camiseta. He crecido en el Barça y mi padre ha defendido a este club durante muchos años. Desde que nací hasta los 18 años, toda mi vida fue el Barça. Se sufre todo más y además yo soy muy mal perdedor.

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